martes, 27 de agosto de 2013

A donde quieres llegar?



Si al nacer nos preguntaran a que lugar queremos llegar,
pienso que estaríamos frente a un gran dilema.

Y si nos presentaran al mundo con sus lugares hermosos,
sus riquezas, sus potenciales, pero también aquellos sitios que no han sido
bendecidos por la naturaleza donde solo hay pobreza y desolación,
donde hay guerras y niños que mueren y gentes que deambulan buscando un techo,
sin pensarlo dos veces pediríamos llegar a esos lugares hermosos, donde la pobreza no se conoce.

Pero no es así, a uno no le dan la posibilidad de elegir, llegas al sitio que te envían,
y luego si es el mejor, si te ofrece las mejores posibilidades allí te quedas y miras al resto del mundo por encima del hombro, de allí no es necesario salir porque estamos en un lugar
lleno de hermosas posibilidades, donde nos olvidamos del resto del mundo.

Pero si por el contrario el lugar donde has visto la primera luz está signado por la pobreza,
por la falta de paisajes hermosos, por la carencia de posibilidades para avanzar en la vida entonces piensas en salir, buscar nuevas rutas, llegar a otros lugares donde la vida te ofrezca las ventajas de que carece tu lugar de origen y encuentras miles de obstáculos,
fronteras que te impiden el paso, documentos que llevan largo tiempo para sacarlos, decretos
que se promulgan,
y cuando al fin logras llegar te devuelven a tu país de origen; como si el Creador al dar vida
a este mundo hubiese puesto divisiones para que los pueblos no se acercasen entre si y los
hombres no conocieran la solidaridad y el amor que entre humanos debe reinar.

¿Será que algún día se despejarán las fronteras, se aligerarán los trámites, se anularán los decretos que hieren la dignidad de los hombres y entonces no te devuelvan a tu lugar de origen como una mercancía que está averiada?

Ojala que en algún tiempo se pueda andar caminos, cruzar mares y surcar el cielo para encontrarnos con otros semejantes que con bondad estrechen nuestras manos y reconozcan en cada hombre el rostro del hermano. 
Nelly Guerrero