miércoles, 22 de mayo de 2013

Un grato encuentro


La vida nos coloca ante hermosas oportunidades.Hace algunos días cuando visitaba a Madrid junto a mi familia tuvimos la alegría de encontrarnos con un gran amigo el Padre Aladino Garmón ,de nacionalidad española,que pertenece a los Misioneros  Oblatos de María Inmaculada y  que un día Dios nos dió la oportunidad de conocer cuando fue enviado a tierras tachirenses en compañía de otro gran amigo el Padre Octaviano Vega,en enero de 1992,los dos dejaron huella en la Comunidad de Palo Gordo.
Compartimos con el Padre Aladino gratos momentos, nos llevó a conocer la casa de los Oblatos en Madrid,hermosa casa situada en el Barrio de Salamanca en la calle Diego de León,donde se respira un aire de tranquilidad y fé,allí nos recibió el Padre José Antonio Antón Pacho,con una gran amabilidad y el cariño de quien ve en cada semejante a un hermano,conocimos el lugar donde muchas veces se reúne la comunidad latina para compartir y encontrarse con sus paisanos.

Me llamó la atención su jardín con rosas , begonias y hortensias que le dan colorido al ambiente, pero también pude darme cuenta que allí se han preocupado por sembrar plantas medicinales,así se lo hice saber al Padre José Antonio.
Luego visitamos a la Iglesia,que se levanta como Santuario de fé y esperanza,allí se destaca un cuadro de San Eugenio de Mazenod,fundador de la Congregación de los Misioneros Oblatos y otro de los martires Oblatos.
La visita a esa casa donde nos recibieron con tanto cariño había terminado pero dejó en nosotros una gran impresión y un bonito recuerdo.El Padre Aladino nos acompañó hasta el lugar donde tomariamos el tren de regreso,pero antes compartimos  un delicioso almuerzo.
Ahora quiero a nombre de mi familia y en el mio propio agradecer al Padre Aladino por compartir con nosotros esas horas  que guardaremos en nuestro corazón,y al Padre José Antonio que abandonó por un momento sus labores para atendernos con mucha gentileza.Que Dios los bendiga.
 
Nelly Guerrero