lunes, 28 de abril de 2014





Allí situados en el semáforo,
dependiendo del cambio de una luz,
sorteando obstáculos y enfrentando la inclemencia del tiempo,
están los malabaristas,
demostrando un arte y buscando recibir una propina.

Quizá esto vaya desde tiempos muy antiguos,
se habla que en Egipto, desde los tiempos del príncipe Beni Hassan,
han encontrado pinturas que reflejan artistas ejecutando malabarismos
(año1794- 1781 ac)

Exige este arte de una concentración de la mente sobre el cuerpo,
también ponen de manifiesto que se debe tener habilidad numérica para
que haya un control del tiempo.
Al esperar el cambio de luz del semáforo los observo con detenimiento,
admiro la destreza al ejecutar los movimientos,
la habilidad que me imagino viene de horas de adiestramiento y la
paciencia para aguantar los comentarios que salen de conductores sin
escrúpulos, que piensan que lo hacen para disfrazar su vagancia.

He podido darme cuenta que si al hacer sus presentaciones no logran
cumplir su objetivo de entretener y demostrar su habilidad, porque
algún objeto de los que manipulan se les cae,
o alguno de ellos pierde el equilibrio, entonces no tienden su mano
para pedir propina como diciendo no hemos cumplido, es así como
demuestran que no solo necesitan recibir una compensación monetaria,
sino sentirse satisfechos por haber logrado ejecutar, demostrar sus
habilidades y complacer a un público.

Decía que al esperar el cambio de luz los observo y también he tenido
la oportunidad de hablar con alguno de ellos y preguntarle, ¿qué lo ha
llevado a realizar ese trabajo ? y la respuesta ha sido: primero
porque lo considero un arte que me da la oportunidad a la libre
creación y a entretener de una forma sana a quienes andan estresados
detrás de un volante; segundo porque estudio en una Universidad y
necesito de algunos recursos para
satisfacer mis necesidades, y que mejor que trabajar en lo que uno se
siente bien.
Es una bonita forma de conseguir una gratificación para si mismo y
para los demás.También me ha dicho que crear nuevas habilidades es el
sueño de ellos.

Entonces pienso que detrás de cada malabarista hay un sueño, hay
inquietudes y carencias por que ellos también se encuentran sometidos
a necesidades externas de ahí que a la par que ejecutan un arte que
los satisface están buscando un complemento que los ayude en la
consecución de una carrera para labrarse un futuro.

Es necesario conocer un poco más de lo que hacen nuestros jóvenes, y
porque lo hacen, para no generalizar criticas que los hagan perder su
horizonte, ni negarles nuestro apoyo.

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